Cuando pensamos en nachos, la imagen que se nos viene a la cabeza es la de un plato generoso de totopos de maíz, cubiertos con queso derretido, frijoles, guacamole y salsas varias. Es un plato de compartir, de fiesta, de sabor intenso. Pero también puede ser un lienzo en blanco para reinventar.
Así nace esta versión alternativa: nachos de batata con frijoles negros y queso fundido. Una receta más ligera, con ingredientes naturales y un contraste de sabores y texturas que convierte este clásico en algo totalmente nuevo.
La base: batata en vez de totopos
El cambio más radical está en la base. Sustituimos las tortillas fritas de maíz por rodajas finas de batata horneadas, lo que aporta:
- Una textura crujiente por fuera y suave por dentro
- Un sabor naturalmente dulce que contrasta con los toppings salados
- Un aporte nutricional mucho más interesante: fibra, antioxidantes y vitamina A
Para prepararlas:
- Pela y corta la batata en rodajas muy finas (con mandolina si es posible).
- Rocíalas con aceite de oliva, sal y pimentón.
- Hornéalas a 180 °C durante 20-25 minutos, volteándolas a mitad de cocción.
- Déjalas enfriar ligeramente para que terminen de endurecerse.
El resultado: chips de batata caseros, con sabor y textura ideales para soportar ingredientes sin romperse.
Los frijoles negros: corazón vegetal
Los frijoles negros son perfectos para esta receta porque aportan:
- Sabor profundo y terroso
- Mucha proteína vegetal
- Textura cremosa
Puedes usarlos ya cocidos (caseros o de bote). Yo suelo sofreírlos unos minutos con:
- Un poco de ajo picado
- Comino en polvo
- Zumo de lima
- Sal y pimienta
Este paso resalta su sabor y los deja listos para mezclar o aplastar ligeramente como base del topping.
El queso fundido: cremosidad y unión
El queso fundido es el pegamento que une todo. Para esta receta, me gusta usar una mezcla de:
- Queso cheddar suave, por su color y sabor clásico
- Queso mozzarella, por su capacidad de fundirse y estirarse
- Un poco de queso manchego rallado, para añadir un toque español inesperado
Puedes esparcir el queso directamente sobre las batatas y gratinar, o bien fundirlo en sartén y servirlo caliente por encima con cuchara.
Montaje paso a paso
- Coloca las batatas horneadas en una fuente amplia.
- Añade los frijoles negros calientes por encima.
- Vierte el queso fundido sobre todo el conjunto.
- Decora con tus toppings favoritos (ver más abajo).
- Sirve inmediatamente, cuando todo aún esté caliente y cremoso.
Toppings que lo elevan todo
Aquí es donde puedes jugar con los contrastes. Algunas ideas que funcionan especialmente bien:
- Guacamole o aguacate en cubos
- Pico de gallo fresco
- Jalapeños encurtidos
- Yogur griego o crema agria
- Cilantro fresco
- Cebolla morada en tiras
- Lima exprimida
Incluso puedes añadir granada para un toque fresco y ligeramente ácido que corta la cremosidad del queso.
¿Por qué esta receta funciona?
Porque mantiene el espíritu de los nachos —para compartir, reconfortantes, llenos de sabor— pero le da un giro más natural, más equilibrado y más visual.
El dulzor de la batata hace resaltar el queso salado y los frijoles especiados. Es una combinación que no esperas, pero que enamora al primer bocado.
Además, es apta para vegetarianos y fácil de adaptar a dietas sin gluten o incluso veganas (con queso vegetal).
Ideal para…
- Cenas informales con amigos
- Brunch de fin de semana
- Snacks saludables para niños
- Aperitivos en eventos creativos
- Food trucks con menú alternativo
También puedes presentarla en formato individual, como pequeñas bases de batata con topping encima, tipo canapés calientes.
Versión exprés
Si tienes poco tiempo:
- Usa chips de batata comprados ya listos (hay versiones sin freír en tiendas bio)
- Frijoles negros en conserva, simplemente calentados
- Queso rallado listo para fundir en microondas
En 10 minutos tendrás una versión rápida y deliciosa.
Valor nutricional
Este plato, comparado con nachos tradicionales, ofrece:
- Menos grasas saturadas
- Más fibra y micronutrientes
- Menos calorías si no abusas del queso
Es saciante, nutritivo y mucho más saludable, sin sacrificar sabor.
Reflexión final
Cocinar es eso: explorar versiones nuevas de lo que ya conocemos. Tomar un plato popular y preguntarnos: ¿cómo sería si le cambiamos la base? ¿Y si jugamos con sabores dulces? ¿Y si lo hacemos más nutritivo sin dejar de ser irresistible?
Estos nachos de batata con frijoles negros y queso fundido son prueba de que lo creativo no está reñido con lo sencillo. Son una celebración de la fusión, del color, del sabor en todas sus formas.