Las croquetas son prueba de que lo humilde puede convertirse en un bocado sofisticado. Tradicionalmente elaboradas con bechamel y jamón o pollo, aquí proponemos una versión vegetal y nutritiva: croquetas de arroz y espinacas con corazón de queso fundido. Este plato fusiona la suavidad del arroz, el frescor de las espinacas y la explosión láctea de un interior cremoso, creando un equilibrio perfecto entre ligereza y placer.
Origen e inspiración
Siempre me ha apasionado la idea de reinventar clásicos. Un día, tras cocinar arroz integral y saltear espinacas para el almuerzo, me topé con el reto de aprovechar las sobras. Pensé: “¿Y si convierto esta mezcla en croquetas?”. Añadí un toque de queso tierno en el centro y así nació esta receta que respeta la tradición del rebozado crujiente, pero incorpora ingredientes más saludables y un relleno sorprendente.
Ingredientes clave
- 2 tazas de arroz cocido (preferiblemente integral o basmati)
- 200 g de espinacas frescas (o congeladas bien escurridas)
- 1 diente de ajo picado
- 1 cebolla pequeña picada fina
- 100 g de queso semicurado o mozzarella en cubitos
- 2 huevos (uno para la masa y otro para el rebozado)
- ½ taza de pan rallado (más extra para rebozar)
- 2 cucharadas de queso parmesano rallado
- Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
- Aceite de oliva para saltear y aceite de girasol o neutro para freír
Paso 1: el sofrito verde
- En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, sofríe la cebolla y el ajo a fuego medio hasta que transparenten.
- Añade las espinacas picadas y cocina 2–3 minutos, solo hasta que se marchiten (o hasta que pierdan el exceso de agua si son congeladas).
- Salpimienta ligeramente y espolvorea una pizca de nuez moscada para redondear el sabor.
Consejo personal: Si deseas un sabor más profundo, añade una pizca de pimentón dulce al sofrito.
Paso 2: la masa de croqueta
- Mezcla el arroz cocido con el sofrito de espinacas en un bol amplio.
- Incorpora el huevo batido, el queso parmesano y suficiente pan rallado para ligar la mezcla; debe quedar moldeable pero no demasiado seca.
- Ajusta de sal y pimienta. Deja reposar 10 minutos en frío; esto ayuda a compactar la masa.
Paso 3: formar el corazón de queso
- Toma porciones de masa (aprox. 30 g) y aplánalas en la palma de la mano.
- Coloca en el centro un cubito de queso (10–12 g).
- Cierra la masa alrededor, formando una croqueta alargada u ovalada, asegurándote de cubrir bien el queso.
Tip: Trabaja con las manos ligeramente humedecidas para evitar que la masa se pegue.
Paso 4: rebozado y fritura
- Bate ligeramente el segundo huevo.
- Pasa cada croqueta primero por huevo, luego por pan rallado, presionando suavemente para que el empanado se adhiera.
- En una sartén profunda o freidora, calienta aceite a 170 °C.
- Fríe las croquetas en tandas, 3–4 minutos, hasta que estén doradas y crujientes.
- Escurre sobre papel absorbente y sirve de inmediato.
Opción al horno o air fryer: Precalienta a 200 °C, rocía las croquetas con aceite y hornea 15–18 minutos, girándolas a mitad de cocción.
Texturas y contrastes
- Exterior crujiente gracias al empanado.
- Centro tierno de arroz y espinacas.
- Explosión cremosa al morder el cubito de queso fundido.
Cada bocado ofrece una experiencia multisensorial: el crujido inicial, la suavidad vegetal y el inesperado corazón lácteo.
Variantes creativas
- Con arroz negro: su color intenso aporta un look sofisticado.
- Espinacas y albahaca: añade hojas de albahaca fresca al sofrito para un aroma herbal.
- Corazón picante: reemplaza el queso por un trozo de queso pepper jack o añade chile en polvo al empanado.
- Versión vegana: sustituye el huevo por “huevo” de harina de garbanzo (una mezcla de 1 cda de harina de garbanzo y 2 cda de agua) y usa queso vegano fundible.
Acompañamientos sugeridos
- Alioli ligero o mayonesa de yogur con ajo para un dip clásico.
- Salsa de tomate casera con un toque de pimentón ahumado.
- Pesto de hojas verdes (perejil, rúcula o espinacas) para un contraste herbáceo.
Estas salsas realzan el sabor y aportan color en la presentación.
Nutrición y equilibrio
Comparadas con croquetas tradicionales de bechamel:
- Más fibra y menos grasas saturadas (gracias al arroz integral y la reducción de lácteos).
- Proteína vegetal y hierro de las espinacas.
- Calcio presente en el queso fundido.
Es un entrante saciante y nutritivo que también puede servir como cena ligera acompañado de ensalada.
Maridaje ideal
- Cerveza rubia fría para limpiar el paladar.
- Vino blanco joven, como un verdejo o albariño, cuya acidez complementa el queso.
- Té helado de limón y menta como opción sin alcohol.
Reflexión final
Estas croquetas de arroz y espinacas con corazón de queso fundido demuestran que la cocina sostenible y saludable puede ser deliciosa y sorprendente. Aprovechan sobras, ofrecen texturas variadas y rescatan el placer de las croquetas clásicas, llevándolas a un territorio verde y cremoso. Comparte esta receta con amigos: disfrutarán de un bocado reconfortante y diferente, que invita a repetir.